La situación económica de nuestro País se deteriora progresivamente, producto de la inflación, la demora en trámites administrativos, la falta de estimulo e incentivos a la inversión privada, la inseguridad y el temor a la expropiación de bienes o empresas por parte del gobierno.
Sin embargo, nosotros en la Península de Paraguaná, tenemos una realidad aparte, gracias al Régimen de Zona Libre que ha captado para esta zona la inversión privada no solo en el sector del comercio, sino también en el área turística.
Pues bien, quiero referirme precisamente al significado que tiene para nuestra Península, y por ende, para el estado Falcón, el hecho que cada semana cientos de miles de personas lleguen a disfrutar las bondades comerciales y naturales que brindamos en la zona. Aquí como un perfecto engranaje debe funcionar a la par todos los factores que participan para que este régimen fiscal no solo sea atractivo, sino confiable. Empresas, Comercios, Organismos públicos, Organismos Fiscales y de Resguardo, Asociaciones Civiles, Gremios, Sindicatos y como protagonista máximo: la gente de Paraguaná.
Más allá del esfuerzo de CORPOTULIPA como Ente de promoción de la Zona Libre, se está presentando una situación contradictoria en estos momentos. Por una parte observamos un creciente desarrollo inmobiliario comercial y turístico y por el otro una disminución importante en los rubros importados, que se acerca al 48% en comparación con el 2009. Este descenso se traduce, en primer término, en una baja rotación de mercancía y en consecuencia menor actividad comercial y como efecto dominó, se refleja en las ocupaciones hoteleras, restaurantes, y todos los servicios conexos al turismo, causando por ende desempleo.
Ahora bien, ¿que hacer? ¿Cómo podemos los paraguaneros y “paraguacheros”, cada uno desde su responsabilidad abordar la situación que nos ocupa? Propongo para ello una estrategia sencilla, que podemos resumir en “Es cuestión de todos”: Los Comerciantes de Zona Libre, que garanticen mercancía de calidad, precios competitivos y locales confortables; los Operadores Turísticos que ofrezcan una extraordinaria atención, buena comida, pernoctas placenteras y precios sin competencia a quienes nos visitan; Los responsables del transporte público que se comprometan a tener unidades en óptimas condiciones, un servicio amable y precios justos; las Alcaldías que ofrezcan incentivos a los inversionistas, facilidad en trámites administrativos, Puntos de Información y mejorar la señalización de calles y avenidas. Por su parte, los Organismos Nacionales con competencia en el Régimen fiscal de Zona Libre, al igual que los auxiliares, que se ocupen de acelerar los trámites administrativos y fiscales, con un servicio amable y permanente. Para finalizar, la parte más importante de este engranaje: el hombre y la mujer paraguanera, que desde cualquier espacio que reciba al turista, debe comprometerse en dar una sonrisa, un “cómo puedo ayudarle” y un trato considerado a estas personas que nos visitan, para que ellos evidencien que Paraguaná es tierra amable y generosa.
-Andrés Eloy Nava Zavala
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