El Gobierno pelea fuerte con el sector privado para convertirse en el principal importador, en su camino hacia un modelo centralizado propio del socialismo. Aunque el peso todavía está del lado privado, el sector público avanza indetenible. De acuerdo a los datos del Banco Central de Venezuela (BCV), en el primer semestre de 2008 las importaciones privadas representaban 74,3% del total, pero entre enero y junio de este año el peso cayó hasta 54,5%.
Ese espacio perdido por la empresa privada lo ha ocupado el Estado, a través de más importaciones. De tal manera, las importaciones públicas pasaron de representar 25,7% del total en el primer semestre de 2008 a 45,5% en igual período de este año, según indican los datos oficiales.
Eso en términos generales, pero más allá de lo obvio, las cifras demuestran que el crecimiento de las importaciones públicas, además de sustentar a la industria petrolera, también están dirigidas a atender actividades que anteriormente eran desarrolladas por el sector privado.
Las adquisiciones en el exterior de productos tan variados como la leche (cuya importación la realiza en exclusiva el Gobierno), así como café, carne de res, pollos y hasta papel higiénico, son algunos de los bienes de consumo final que han engordado las cuentas públicas. En la mayoría de los casos, esas compras han buscado reducir el impacto del desabastecimiento que vive el mercado local.
Bienes de consumo final
Según los datos del BCV, en el último año las importaciones privadas cayeron 4,3%, mientras que las públicas avanzaron 2,9%. Pero no se trata de un comportamiento puntual, pues ya se erige como una tendencia que se afianza a medida que transcurren los años.
Entre el primer semestre de 2008 y la primera mitad de 2013 las importaciones públicas de bienes de consumo final pasaron de 1.334 millones de dólares hasta 1.609 millones de dólares, lo que significa un incremento de 20% en esos ocho años.
En contraposición, las importaciones de productos de consumo final por parte del sector privado cayeron 38% en ese período, al pasar de 4.860 millones de dólares en la primera mitad de 2008 hasta 2.995 millones de dólares al finalizar el primer semestre de este año.
La tendencia se presenta en momentos en que existen niveles anormales de escasez en el país, lo que ha servido para que el Gobierno atienda de emergencia las importaciones de los productos que dejan de aparecer en los mercados. En 2008, con un histórico de escasez de 24,7% registrado en enero de ese año, el país comenzó a ver los efectos de las regulaciones de los precios de los productos básicos.
Si bien se superó la coyuntura con importaciones de bienes de consumo final, el indicador que mide la falta de productos ha tenido picos superiores a 14% en los últimos años, hasta que llegó el mes de abril de 2013. Según los datos oficiales, la tasa de escasez llegó ese mes a 21,3%, regresando a niveles que ya habían sido superados.
Con todos los esfuerzos que se aprecian con el incremento de los niveles de importaciones públicas registrado en el primer semestre, el desabastecimiento no descansa. Al cierre del mes pasado el Banco Central reportó que, tras unas leves bajas, la tasa escalaba una décima y se ubicaba en 19,4%.
Importaciones en ascenso
Las importaciones totales de Venezuela -incluyendo las correspondientes a bienes de consumo final, intermedio y para atender la formación bruta de capital- han alcanzado a 27.519 millones de dólares durante el primer semestre del año, lo que representa un ascenso interanual de 2,66% en un período que estuvo caracterizado por una menor aprobación de divisas, ante la eliminación del Sitme, los retrasos de las autoridades en aprobar certificados de no producción y divisas, así como por la tardía implementación del Sicad.
Fuente: El Universal
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