Desde el 2004 que Panamá lidera dentro de los países de América Latina en materia de conectividad, hecho que se vería acentuado con la ampliación del Canal, obra que debería estar lista a fines de 2014 o principios de 2015.
Sin embargo, esta obra de infraestructura será una oportunidad y un desafío para los puertos de la región y para la industria naviera a nivel mundial.
Según detalló la directora ejecutiva de la Cámara Marítima de Panamá, Ana María Sanfilippo, el aumento de los volúmenes de carga proyectado con la ampliación, van a promover una reestructuración en las redes logísticas de la región, en especial con el tráfico de trasbordo -particularmente en el triángulo del Caribe y en el Pacífico- creando así un nuevo escenario no sólo para las terminales portuarias sino para todo el conglomerado marítimo que se beneficia de esa ruta.
La ampliación del Canal va a permitir el tránsito de buques post-panamax de contenedores -actualmente el buque más grande que puede pasar es de 4.500 contenedores y después de la obra será de hasta 12.500-, de los graneleros líquidos, graneles secos, y buques para el transporte de gas natural licuado (GNL) así como de cruceros, ampliando el ámbito de comercio y la posibilidad de crecimiento de trasbordo y logística intercontinental.
Por ende, los puertos tendrán que invertir en modernizar y ampliar las infraestructuras para operar buques más grandes y ganar competitividad.
“Uno de los mayores desafíos será el de modernizar y especializar las terminales para atender la demanda de los nuevos servicios, adecuar parques o zonas de actividad logísticas para darle valor agregado a las mercancías y que exista una efectiva conexión intermodal con los diversos medios de transporte y con los servicios conexos”, explicó Ana María Sanfilippo.
Fuente: Mundo Marítimo
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